Enfrentar la epidemia de opioides en nuestras comunidades

(StatePoint) A medida que la epidemia de opioides en Estados Unidos sigue afectando a comunidades grandes y pequeñas, las nuevas tendencias presentan nuevos desafíos para los médicos y los encargados de formular las políticas.

Si bien las sobredosis relacionadas con los opioides sigue siendo una de las principales preocupaciones, la epidemia se ve ahora impulsada por fentanilo, heroína, cocaína y metanfetamina fabricados ilícitamente. Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, en 2017, más de 70,000 personas murieron por sobredosis relacionadas con drogas, la mayor parte de las cuales eran ilegales.

Desde su fundación en 2014, el Grupo de Trabajo sobre Opioides de la Asociación Médica Estadounidense (AMA) ha buscado maneras de que los médicos practicantes puedan desempeñar un papel para ayudar a poner fin a la epidemia. Las recomendaciones del grupo de trabajo incluyen instar a los médicos a mejorar su educación, así como abogar por una atención integral para los pacientes que sufren dolor, y para aquellos con trastorno por consumo de sustancias.

Tal vez gracias en parte a estos esfuerzos, más de 700,000 médicos y otros proveedores de atención a la salud tomaron cursos relacionados con los opioides en 2018. Además, entre 2013 y 2018, el número de recetas de opioides disminuyó en más de 80 millones – un 33 por ciento de reducción a nivel nacional–, donde cada estado disminuyó individualmente las recetas de opioides en los últimos cinco años.

Cuando se trata de ayudar a que los pacientes con trastorno por consumo de sustancias lleven vidas satisfactorias y productivas, la ciencia muestra lo que funciona: medicamentos recetados por un médico o dispensados en centros especiales de tratamiento de opioides, combinados con asesoramiento conductual y otros servicios.

A pesar de ciertas tendencias positivas y una ciencia clara, de los 20.3 millones de personas en todo el país que sufren un trastorno por consumo de sustancias, el 90 por ciento no recibe tratamiento, según funcionarios federales.

“La crisis de los opioides hoy en día es una tragedia nacional que requiere la misma determinación que hemos reunido para otras epidemias de salud pública. Quienes tienen trastornos de uso de sustancias no merecen menos”, dice la Presidenta de la AMA, la Dra. Patrice A. Harris. “La mayoría de las personas están de acuerdo en que necesitamos acceso a tratamientos que incluyan medicamentos. Desafortunadamente, eso no es de fácil acceso para muchos pacientes, y esta epidemia no se revertirá sino hasta que afrontemos los problemas de acceso a los opiáceos y el estigma asociado con su mal uso”.

La AMA subraya que si bien los médicos están liderando en las áreas en que pueden tener una influencia, no pueden poner fin a la epidemia por sí solos. Para combatir el problema a nivel estatal y nacional, la organización ha publicado una “hoja de ruta” nacional destinada a los responsables de la formulación de políticas y que está centrada en estas acciones específicas:

• Los pacientes y los médicos deben tener conversaciones sobre el almacenamiento y eliminación seguros de los opioides y de todos los medicamentos, y aumentar el acceso al medicamento de reversión de sobredosis de opioides, la naxolona, para los pacientes que tienen riesgos de sufrir una sobredosis.

• Los proveedores de seguros deben eliminar las barreras que impiden que los pacientes obtengan un tratamiento asequible asistido por medicamentos y combinado con asesoramiento.

• Los responsables de formular las políticas y los reguladores deben hacer cumplir leyes que exijan que los beneficios de salud mental estén a la par de otros beneficios para la salud, ampliando así el acceso a tratamientos relacionados con la salud mental y los trastornos de abuso de sustancias.

• Los proveedores de seguros de salud y los administradores de beneficios de farmacia deben garantizar que los pacientes tengan acceso a una atención del dolor asequible y no opioide.

Para obtener más información sobre los esfuerzos para poner fin a la epidemia de opiáceos, visite end-Opioid-Epidemic.org.

“Hay muchos motivos para ser optimistas”, dice la Dra. Harris. “Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer para que los pacientes puedan acceder al tratamiento del dolor que necesitan al tiempo que abordan y alivian los trastornos por uso de sustancias”.

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